La caries es una enfermedad infecciosa que destruye el esmalte y la dentina: en ocasiones puede afectar a la parte interna del diente, que se llama pulpa. Su causa es compleja, normalmente resultando de la interacción de varios factores: por un lado, la bacteria Streptococcus mutans, la presencia prolongada en el tiempo de restos de carbohidratos fermentables en la boca, que es utilizado por las bacterias para producir ácidos, la sensibilidad del esmalte y las características personales que determinan el flujo y la composición de la saliva.
La caries se puede prevenir: una correcta higiene bucal, tras cada comida, es la clave. Además, es importante evitar déficit en vitaminas A, C y D, en calcio, yodo, fósforo y fluoruro. Además, la clave está en encontrar la pasta dentífica más adecuada: con una correcta higiene dental y un aporte nutricional completo, puedes evitarlas eficientemente.
Otro problema muy común son las enfermedades periodontales: la manifestación temprana de la enfermedad periodontal es la gingivitis, por lo que hay que actuar rápido y frenarla para evitar mayores complicaciones. La gingivitis es la inflamación de las encías: normalmente causa sangrado. Puede complicarse hacia una infección o causar enfermedad periodontal, que disminuye la fijación de los dientes y puede provocar su caída.
La causa de la gingivitis es la acumulación de placa bacteriana: las toxinas provocan la destrucción de tejidos y comienzan las molestias dentales, hemorragias, dientes móviles y complicaciones funcionales, como dificultades para masticar. Es importante, también una correcta higiene dental y una visita anual al dentista: en caso de gingivitis hay muchas pastas dentales indicadas para tratar las hemorragias. Las precauciones nutricionales serían las mismas que las indicadas arriba para la caries 🙂